¿El fracaso puede ser una oportunidad?

“El fracaso es una gran oportunidad para empezar otra vez con más inteligencia”, dijo el industrial estadounidense Henry Ford. En esa línea, el empresario Kike Sarasola, CEO de Room Mate Hoteles, recomienda tomar ejemplo de los americanos, donde lo primero que se destaca en un curriculum son los fracasos, como la mejor muestra de la capacidad de reinvención y de liderazgo personal.
Debate publicado en la revista Yo Dona el sábado 1 de marzo de 2014. En él participan Silvia Leal y Mónica Belluscio.

Ver el video de Yo Dona:  http://www.elmundo.es/yodona/2014/02/28/5310a2f9e2704ea7548b4574.html?cid=MOTB23701&obd=obinsite

(Ver PDF de la publicación: Debate fracaso Yo DONA 1 marzo 2014)

Silvia LealDirectora de Innovación y Tecnología del IE Business School: “En España, si fracasas, no tienes una segunda oportunidad”

Romina Belluscio: Presentadora de televisión y modelo: “Fracasar y levantarte es la garantía del éxito”

Texto Silvia Castillo / Fotos Javier Salas

En España cuentan los éxitos, no las derrotas. En ‘Ingenio y Pasión” (Editorial LID), sus autores, Silvia Leal y Jorge Urrea, recogen ejemplos clamorosos del miedo al fracaso, como el de un músico que no quiso interpretar la obra de sus sueños con el argumento de que “eso significaría la muerte, ya que nada bueno podría venir después”. Lo definen como terror a la caída del podio antes de haber subido: personas que no se atrevieron a arriesgar para cumplir sus sueños.

Romina Belluscio defiende el fracaso, como una pedagogía que permite obtener lecciones para la vida, aunque lamenta que en ámbitos como el deporte, sólo tengan cabida los triunfos. Por su parte, Silvia Leal, sostiene que en España, si te equivocas, no existe la segunda oportunidad.

¿Por qué en España no se acepta el fracaso?

Romina: No está bien visto. Aquí la gente tiene miedo de contar que ha fracasado. Sin embargo, en Estados Unidos se valora como una experiencia positiva y, si no consigues aprender nada, entonces sí que has fracasado. Cuando sacas lecciones y entiendes en qué te has equivocado, es un éxito para el futuro.

Silvia: La respuesta fácil sería decir que se trata un problema cultural, pero la gran diferencia es que en Estados Unidos siempre tienes una segunda oportunidad y en España, si fracasas, no la vas a tener nunca. La situación económica no permite que te equivoques.

Romina: Un fracaso nunca debería acabar con una carrera: hay que interpretarlo como un tropezón y levantarse. Es importante reflexionar sobre en qué ha fallado, sacar la parte positiva y crear una nueva estrategia para el camino que  debes tomar.

Silvia: Tenemos que cambiar nuestro software mental y perder el miedo al miedo, pero también hay que poner las bases para que esas segundas oportunidades lleguen cuando tenga sentido volverlo a intentar.

Silvia y Romina¿Qué fracasos podéis contar y cómo os han afectado?

Romina: Vivo sola desde los 18 años, cuando vine a Europa a trabajar. Sentí miedo en Milán, una ciudad donde no conocía a nadie y estaba sola, pero ser modelo era mi sueño y seguí luchando. Hay que actuar por encima del miedo. He pasado por muchas situaciones que podrían considerarse un fracaso, por ejemplo un divorcio puede ser algo que te paralice. Sin embargo, lo consideré un cambio de rumbo que ha tenido un resultado muy positivo. Los fracasos en mi vida han supuesto aprendizajes.

Silvia: Hace años cometí el error de cambiar del ámbito de la tecnología a los servicios financieros y fue una experiencia durísima: empezar de cero. Un esfuerzo tan grande que no me compensó. Mi lección fue: mira dónde eres fuerte y quédate ahí. El fracaso me ha marcado el camino que tenía que seguir y, por supuesto, he aprendido grandes lecciones que no volveré a repetir. Por eso no tengo demasiado miedo a equivocarme.

¿Se aprende por igual del éxito que del fracaso?

Romina: Soñamos con los éxitos, pero aprendemos más del fracaso, que se marca a fuego. Es un periodo de crecimiento. Ambos pueden ser grandes maestros en nuestra vida pero, cuando crees que lo tienes todo, el fracaso es una cura de humildad. A todos nos viene bien empezar de nuevo y recordar quién somos.

Silvia: Se debe aprender por igual, pero las personas ambiciosas, en cuanto triunfan, van a por el siguiente éxito. Ni lo disfrutan ni aprenden de ello. Muchos de los que fracasan, caen en la depresión, o en la ira o se dedican a buscar culpables y no aprovechan para aprender de las lecciones que ese fracaso trae consigo.

Romina: Es importante disfrutar del éxito y seguir luchando para mantenerlo, pero siempre  hay que estar preparado para la derrota.

Silvia: El error es huir. Lo primero es aprender la lección, para después mirar hacia delante y poner toda la carne en el asador. El fracaso no es malo, el problema es no saber gestionarlo.

Romina: Caerte y levantarte es lo que te convierte en un triunfador. Si no lo intentas, seguramente no te equivocarás pero, probar varios caminos y superar los errores, es la garantía de que vas a conseguir tus sueños.

¿Puede una empresa o un equipo directivo permitirse el lujo de fracasar?

Romina: Es normal que tengan miedo al fracaso porque puede ser el fin de la empresa. Pero pueden aprender de los errores para gestionar de otra manera. Quien se rinde o se conforma no tiene ninguna posibilidad de llegar al éxito.

Silvia: Hay que tolerar el fracaso, hasta un límite, es decir, se deben reconocer los fracasos inteligentes y castigar aquellos que no tienen sentido o no conllevan un esfuerzo detrás. Un líder ejemplar es quien muestra a los demás la lección aprendida y premia a quienes se arriesgan para alcanzar un objetivo incierto, aunque valioso, para llegar más lejos.

¿La educación puede prescindir del fracaso?

Romina: Es muy importante, primero, educar a los hijos con mucho amor, más que con autoritarismo. Al mío le voy a educar a  mi hijo para que tenga éxito, por supuesto, en lo que quiera ser. Pero también para que sepa gestionar el fracaso.

Silvia: No me importa que mis hijos sean brillantes: quiero que sean felices. No comparto los sistemas donde el niño trabaja más horas que el padre y, además, cuando llega a casa tiene que hacer horas extras. Ni siquiera comparto esa filosofía en los directivos. No es mi estilo.

¿El fracaso debería ser una asignatura obligada?

Romina: Por supuesto que sí. Si el fracaso te paraliza, no vuelves a intentar nada, ni a nivel personal ni profesional. Habría que cambiar la idea que tenemos para verlo como una parte positiva de nuestro aprendizaje, desde pequeños.

Silvia: No, no lo creo. Creo que la asignatura obligada debería ser la consciencia, el ‘insight management’, como lo describimos en ‘Ingenio y Pasión’. En el colegio deberían enseñarnos a ser conscientes de quiénes somos, en qué nos hemos equivocado y a asumir la responsabilidad de nuestros propios actos para aprender de los éxitos y los fracasos.

El fracaso en el mundo del deporte: ¿se entiende o se penaliza?

Romina: Es humano que un deportista de élite falle, como cualquier persona. Pero en el mundo del deporte  no se entiende el fracaso, se exige éxito constante y eso es imposible. Es una tensión muy grande, difícil de soportar.

Silvia: En el deporte la mirada es cortoplacista y, si fracasas un partido, es como si hubieras perdido una guerra. Es un entorno muy cruel donde no se permite el fracaso.

 “No sé cuál es la clave del éxito, pero la del fracaso es intentar agradar a todo el mundo”, dijo el showman norteamericano Bill Cosby. ¿Es un fallo de las mujeres?

Romina: Yo no pretendo ser perfecta porque estaría perdida. Sería un gasto de energía inútil porque no lo conseguiría jamás. Es cierto que todas intentamos ser super-mujeres y super-mamás, que llegan a todo.  Pero lo más importante es intentar ser felices con lo que hacemos y transmitirlo. Defiendo completamente la igualdad: yo me permito estar cansada y creo que cualquier mujer que hace el trabajo que un hombre, si está cansada, debe parar.

Silvia: Hace tiempo que tomé la decisión de no agotarme. En casa, cuando veo que estoy llegando al límite, digo: “Dimito” y desaparezco. En el entorno profesional utilizo una frase de mi compañero Jorge: “Menos es más”. Cuando digo “no”, lo hago con tanta firmeza, que me favorece. Ponerte en tu sitio hace que te valoren más.

 ¿Afecta el fracaso por igual a hombres y a mujeres?

Silvia: Las mujeres nos ponemos el listón mucho más alto y la carga emocional del fracaso es mayor. Somos menos comprensivas con nosotras mismas, menos tolerantes. El fracaso nos pesa más a las mujeres.

Romina: A estas alturas no debe ni plantearse una diferencia de ese tipo. Si nuestro rendimiento profesional es óptimo, no debería marcar ninguna diferencia que seas hombre o mujer.

Silvia: Nosotras ponemos mucha más emoción y el fracaso nos afecta más. Sin embargo, esa misma emoción es la que nos da la fuerza para alcanzar nuestras metas. Pero es evidente que el entorno nos lo pone bastante más difícil.

Silvia Leal: “En España, la situación económica no permite que te equivoques. Se deben reconocer los fracasos inteligentes y castigar aquellos que son consecuencia de la falta de esfuerzo”.

Romina Belluscio: “El fracaso es una cura de humildad. Cuando sacas lecciones y entiendes en qué te has equivocado, es un éxito para el futuro”.

Silvia Leal¿Quién es Silvia Leal?

Es doctora, experta en Innovación y Nuevas Tecnologías. Ocupa cargos destacados en el mundo empresarial y académico. Directora Académica de Programas de Innovación y Tecnología del IE Business School. Miembro del consejo de CIONET y asesora de la Comisión Europea para la Agenda Digital e-Skills.

También es investigadora, consultora, conferenciante y terapeuta psico-corporal. Junto con Jorge Urrea, es autora de “Ingenio y Pasión” (editorial LID), obra que recoge una fórmula infalible para extraer todo el potencial innovador.

 

Romina Belluscio

¿Quién es Romina Belluscio?

Es presentadora y modelo. Ha trabajado en el programa de Cuatro “Tonterías las justas”, en “Espejo Público” de Antena 3  y también como concursante en el programa “Splash¡ Famosos al agua”, de Antena 3, junto con su pareja, el futbolista José María Gutiérrez, más conocido como Guti.

También ha colaborado con programas de otras cadenas españolas de televisión como Telecinco, La Sexta o Neox. Su carrera profesional empezó en 1999, cuando ganó el certamen Miss Belleza Argentina, mientras estudiaba Periodismo en su país natal.

 

Equipo de YO DONA :

equipo Yo DonaAyudante de fotografía: José Bernat.
-Estilista: Nuria Sánchez.
– Maquillaje y peluquería: Nuria Esteso para Bobby Brown.
– Video: Alberto Ibáñez.

 

Estilismo:
-Silvia Leal: Vestido Pinko.
-Romina Belluscio: Americana BCBG; pantalón IRO, zapatos: salones Manolo Blahnick

P1350019*Nota de la autora:
Silvia Leal y Romina Belluscio no se conocían. Ambas rompieron moldes. Entre ellas fluyó la química y no dudaron en gastarse bromas en las que derribaron todos los clichés sobre cómo se encasilla a las mujeres en papeles o etiquetas que casi nunca las definen. Tanto por su imagen como por su inteligencia, serían el dúo perfecto para presentar un programa de televisión. Son tan guapas como parecen en las fotografías y, además, no les falta ingenio y mucho sentido del humor. Durante la sesión de maquillaje y peluquería compartieron confidencias sobre sus hijos o sus dificultades vitales y también hablaron de innovación empresarial, del mundo del deporte o de la televisión.

Ingenio y PasiónTras el debate, las dos protagonistas me pidieron que les hiciera esta foto, con el libro de Silvia Leal y Jorge Urrea, titulado «Ingenio y Pasión» de la editorial LID. El signo de la victoria es el recurso preferido por Silvia Leal en sus fotografías, donde siempre apuesta por el optimismo vital. Romina no dudó en compartir el gesto de complicidad. Ambas lograron que, para el resto del equipo,  la cordialidad y la espontaneidad fluyeran con naturalidad en esta producción.

 

Síguenos en Twitter: @RominaBelluscio @slealm @sicasbe @yo_dona 

Debate Yo Dona

 

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