¿Tenemos que hacer los padres los deberes?

Tras el colegio, la mayoría de los niños dedican entre una y dos horas a las tareas escolares y son muchos los padres que deciden echar una mano a sus hijos. Pero, ¿es recomendable? Hay quienes sostienen que se trata de un deber exclusivo de los estudiantes mientras distintas voces opinan que la ayuda es necesaria. Por otro lado, también hay argumentos que se oponen a alargar la jornada escolar en casa. La periodista Helena Resano; Nora Kurtin, directora general de la revista ‘Sapos y princesas‘; la psicóloga Silvia Álava Sordo y Pilar Lacasa, catedrática de la Universidad de Alcalá discuten las ventajas e inconvenientes de compartir los deberes. debate publicado en la revista Yo Dona el 10 de febrero de 2012.

Muchos padres pasan varias horas diarias haciendo deberes con sus hijos, cuando algunos expertos consideran que es un gran error. ¿Cómo debemos actuar? Los expertos consideran que la fase de educación primaria es clave para evitar el fracaso escolar.

Por SILVIA CASTILLO Fotos CARLOS ALBA

En muchos hogares españoles dedican más de dos horas diarias a las tareas escolares, un tiempo en el que se examinan los hijos, pero también los padres. Algunos colegios argumentan que los estudiantes son los únicos responsables de los deberes y de los resultados, pero muchos padres temen que, sin su ayuda, los menores están condenados al fracaso. ¿Tenemos que implicarnos cada día en las tareas de comprensión lectora o matemáticas? ¿se ven perjudicados en alguna medida los alumnos que no tienen el apoyo de sus padres?. Pilar defiende que es necesario ayudar a los hijos con la tarea escolar y se enfrenta a las posiciones de Helena, Silvia y Nora, que argumentan que con ese sistema, nunca serán responsables. Sobre la mesa, un dato: Según los resultados del Informe Pisa 2011, los estudiantes españoles están por debajo de la puntuación media de los países desarrollados desde hace una década.

¿Los padres tienen que sentarse a hacer los deberes?
Pilar: Para empezar, no debería haber deberes y, si los hay, es conveniente que los padres ayuden porque los hijos no saben enfrentase solos a una tarea a la que no encuentran sentido. Es evidente que necesitan compañía, más que reforzar el proceso de aprendizaje. El problema es que los padres tienen una metodología distinta a la del docente, por eso los deberes son una fuente grande de conflictos. En la escuela tienen que motivar a los alumnos para aprender y nunca matar su creatividad. Es costoso, pero los buenos docentes lo consiguen. La clave es que los niños sean felices aprendiendo en el colegio, sin deberes.
Silvia: Los deberes son responsabilidad de los niños y los padres pueden ayudar de forma puntual, para resolver una duda, nada más. Cuando son pequeños, debemos estar pendientes, pero lo ideal es fomentar su autonomía. Si no, ¿cuándo establecemos el hábito de estudio? ¿en la universidad? La función de los padres es orientarles para que sepan organizarse.
Helena: Estoy con Silvia. Si no hacen los deberes solos, ¿cuándo van a ser autónomos? Debemos vigilarles, resolver dudas, pero no hacer los deberes con ellos. Se tienen que equivocar y aprender a resolver sus problemas. No es responsabilidad nuestra, sino suya. Aunque lleguen a suspender, no debemos sentarnos con ellos a hacer las tareas.
Nora: Como dice Helena, si no hacen los deberes, es su responsabilidad. Nuestro cometido es elegir bien el colegio, que tengan el ambiente propicio y no sobrecargarles de actividades extraescolares. Por supuesto no se les puede premiar si vienen con un suspenso. Nuestra misión nunca será sentarnos a vigilar, sino solamente comprobar que han hecho bien la tarea.
Pilar: Estoy en total desacuerdo con vosotras. Como investigadora, creo que el conocimiento nunca se construye solo, sino en colaboración. Cuando empecé con mi nieta a hacer deberes y le enseñé a dividir, comprendí que es un trabajo compartido. Enfrentarse al mundo es interpretarlo y cualquier niño se encuentra con una clase muy grande donde el profesor no le puede dedicar toda la atención que necesita. Por eso la familia le da otra versión. Y no olvidéis otra cosa: una persona que solamente aprende en la escuela es muy difícil que aplique ese conocimiento fuera del colegio, en la vida cotidiana. Debemos hacer los deberes con ellos porque el conocimiento es compartido y el niño aprende del adulto, pero también nosotros aprendemos de ellos.
Helena: Pilar, lo que nosotros hacemos en casa es repasar el contenido que se ha dado en el colegio. Nuestra función no es enseñar a dividir a nuestros hijos y, de hecho, tu misma has dicho que entramos en conflicto porque en el colegio les enseñan de una forma y en casa de otra. Yo puedo repasar con mi hijo la lección de matemáticas para comprobar que efectivamente trabaja y evoluciona, pero no enseñarle una materia.
Pilar: En la universidad hicimos un estudio sobre los deberes. Cuando les preguntamos a los padres dónde creen que se aprende a leer y a escribir, todos responden: en el colegio. Y no es verdad. Las matemáticas también las aprendes en el supermercado, porque el pensamiento humano es razonar y trascender lo inmediato.
Silvia: Los deberes nunca consisten en que el niño aprenda solo en casa a dividir por dos cifras. Primero se supone que en el colegio le han dado las bases y lo que hacemos en casa es automatizar, con un apoyo puntual. También es verdad que está en la mano de los padres aplicar esos conocimientos, por ejemplo en el supermercado, pero eso no es hacer deberes.
Pilar: ¡Por supuesto que aplicar el conocimiento en la vida cotidiana es hacer deberes! El fracaso de nuestro sistema escolar se debe a que la gente cree que debemos aprender cosas que no tienen utilidad, mientras que en Finlandia les enseñan a los 10 años que la Física es divertida. Yo trabajo con videojuegos y los niños aprenden muchísimo. De hecho, existen estudios muy serios según los cuales una persona que aprende con un videojuego está haciendo los mismos procesos que un científico. No estoy de acuerdo con Silvia en que se deba ayudar a automatizar, sino que hay que enseñar a los niños a pensar.
Helena: Pero Pilar, resulta que esta tarde tu hijo ha llegado con tres problemas de matemáticas y una redacción de lengua y tiene que devolver a la profesora esa tarea terminada. Es la situación diaria que vivimos en los colegios y en todas las casas de España.
Pilar: Esto ocurre porque las familias están sometiendo a los docentes a una presión tremenda quejándose de que a los niños no les ponen deberes e intentado que se sometan a la línea tradicional que estáis defendiendo vosotras.
¿Es lógico que niños de 10 años tengan dos horas diarias de deberes?
Nora: Si la jornada escolar es sólo por la mañana, no es desproporcionado. Ahora bien, si acaban a las cinco de la tarde, luego tienen extraescolares y después dos horas de deberes, me parece excesivo. Una jornada de ocho horas en el colegio debería ser suficiente para absorber todos los conocimientos. La única forma de desarrollar su creatividad es dejar espacios libres y lo que hacemos es matarla.
Helena: Estoy con Nora en que no es razonable en educación primaria esa carga de trabajo y llega un punto en que no pueden asimilar más conocimientos. Es bueno que sean conscientes de su responsabilidad y que tengan tarea el fin de semana, pero a diario hay otros sistemas para fomentar el conocimiento, como leer un libro o los videojuegos, con la supervisión de un adulto.
Silvia: Es verdad que muchos niños alargan la tarea escolar al infinito para tener mayor atención de los padres. Es una barbaridad que un niño de 8 años trabaje dos horas por la tarde, porque a esa edad la tarea debe ser de 30 ó 45 minutos. Muchas veces salen del colegio con ejercicios que no han terminado en clase ¿Por qué no trabaja en el colegio? No hay que esperar a que haya un fracaso para darle apoyo en el centro.
Pilar: Mi idea sobre qué se debe aprender en la escuela es diferente de la vuestra. La labor de los colegios debe ser entusiasmar a la gente a aprender. ¿Cómo? Encargando otro tipo de deberes, por ejemplo, que hagan fotografías. Lo que no puede ocurrir es que el niño tenga que hacer en casa lo que no ha hecho en el colegio. Yo soy docente y creo que, cuando eso pasa, fracasa el profesor.

El hecho es que sólo el 3% de los alumnos españoles ocupan el nivel más alto en los resultados del Informe Pisa. ¿Están fallando los profesores, la escuela o la familia?¿qué hay que corregir?
Helena: Desde luego algo está fallando porque estamos creando un sistema educativo eliminatorio. Se premia al brillante y se deja de lado al niño con problemas. Estoy totalmente en contra de la publicación de rankings de los mejores colegios, que crea una competición. Al alumno que empieza a descolgarse le animan a irse, porque baja la nota media de su centro. El informe Pisa constata dónde están los alumnos españoles en comparación con Europa. Como decía antes Pilar, nuestros hijos aprenden cosas que no aplican en la vida.
Nora: La educación que tenemos en España ya es historia en otros países. Aquí sigue focalizada en la nota académica y no en aspectos cualitativos. Nuestro reto es ver a nuestros hijos como una persona completa, donde cuentan sus habilidades académicas y su inteligencia emocional. Y es muy importante el esfuerzo para que los niños que necesitan apoyo no se vean excluidos del sistema.
Pilar: Los estudios dicen que los niños que tienen éxito en la escuela son aquellos cuyas expectativas coinciden con las del profesor. Por eso, cuando los padres tienen valores similares a los del maestro, los niños rinden más.
Silvia: El refuerzo del colegio y de los padres está demostradísimo que es muy eficaz. Hay que destacar aspectos positivos, que hacen que los niños se sientan mucho más felices y seguros. No puede ser que tenga más notoriedad el niño del suspenso que el del sobresaliente. Pero debemos tener en cuenta otra premisa: no existen colegios buenos o malos. Un centro es bueno si se adapta a las necesidades específicas de cada niño.
Pilar: Totalmente de acuerdo en que es importante que el centro se adapte a la individualidad del niño. El colegio ideal no existe y como docente os digo que es muy importante hablar con el profesor.
Nora: Es verdad que no existen colegios perfectos ni padres perfectos. Los problemas también se deben a una falta de comunicación entre padres y profesores. A veces tiramos balones fuera y nos ponemos del lado de nuestro hijo, en lugar de ir a sentarnos con el profesor. La comunicación con el colegio hace que el niño funcione bien o mal.
Silvia: Hay muchas variables sociales, culturales y familiares del fracaso escolar, pero también cognitivas. Una vez se detectan, se puede ayudar al niño, pero nunca debemos llevar la contraria a un profesor, como primera regla. Puede ser que el profesor se esté equivocando, pero no podemos quitarle la autoridad
Pilar: Yo jamás diría eso. Es reaccionario. Me preocupan los niños que dicen siempre sí al maestro. Lo que debemos fomentar en los niños y en los adolescentes es el pensamiento crítico y la creatividad. Tampoco comparto que tenemos que vivir en la autoridad. Los niños tienen los mismos derechos que los adultos. Si vuestro resumen de esta tertulia es que hay que aceptar la autoridad del profesor, no contéis conmigo. A mis alumnos siempre les digo que tenemos que cambiar la escuela. Hay docentes excelentes: ¿Por qué no facilitamos que ayuden a los niños de otra manera? ¿Y el niño no tiene autoridad? ¿y dónde se manifiesta? ¿y por qué siempre tiene que tener razón el profesor? Los adultos también aprendemos de los niños.
Nora: Nuestros hijos tienen que ser respetados como individuos, independientemente de la edad que tengan. Pero hay reglas y los niños las tienen que acatar. Es importante que les eduquemos dentro de unos parámetros de convivencia.
Pilar: Muy bien, pero no tienen por qué ser impuestos, sino que hay que acordar y debatir, nunca imponer. No creo que estemos ante un fallo de la familia o de la escuela, sino ante un fallo del sistema y de la sociedad. La educación de ha convertido en una moneda de cambio y cada nuevo gobierno reforma el sistema educativo. Deberían ponerse de acuerdo en esto, después de una reflexión profunda.
Helena: Efectivamente algo está fallando, cuando nuestro sistema se basa en la nota académica y no en cómo aplican sus conocimientos a la vida real El sistema educativo debería de ser más flexible a partir de los 12 años, como ocurre en el Estados Unidos o en Europa. Nuestros hijos memorizan y sacan buenas notas en matemáticas, en griego o latín, lenguas que no sé para qué se estudian, pero luego tenemos niños que no saben enfrentarse a la vida ni se plantean ser emprendedores.
Silvia: Hay fallos manifiestamente mejorables. Por ejemplo, en los libros de tercero aparecen estructuras sintácticas que los niños de primaria no entienden, con lo que el alumno con dificultad de lectura tiene el fracaso garantizado. Tenemos que motivar al niño lo máximo posible, se pueden poner deberes mucho más estimulantes y también intentar apoyar el aprendizaje haciendo la mayor cantidad de ejercicios prácticos en el horario lectivo. Pero en todo caso, mandan las variables del niño, porque fracasan muchos que tienen a los padres encima y salen adelante otros que no reciben ninguna atención.
Nora: Hay una gran desproporción entre los conocimientos académicos y las herramientas que necesitamos para desarrollarnos como personas. La mayoría queremos que nuestros hijos sean felices, pero nos centramos en que tengan sobresalientes porque, si no, somos infelices nosotros. Nos equivocamos al pretender que nuestro hijo sea el mejor, sin pensar en que sea feliz.
Pilar: En lo último que estáis diciendo estoy de acuerdo.

Helena, Nora y Silvia se ríen y aplauden porque al fin ha surgido un punto de encuentro con Pilar, justo cuando se acerca el momento de despedirse. Helena explica que “hay un estudio según el cual 2 de cada 3 niños van a trabajar en profesiones que a día de hoy no existen” y Pilar concluye: “Tenemos que preparar a los niños de hoy para lo que todavía no existe. Ésa es la clave”.YO_354 11FEB


TERTULIANAS:
Helena Resano: Presentadora de La Sexta Noticias.
Pilar Lacasa: Catedrática de Educación y Comunicación de la Universidad de Alcalá de Henares.
Nora Kurtin: Directora general de la revista Sapos y Princesas.
Silvia Álava Sordo: Psicóloga, directora del área infantil de la consultora Álava Reyes.

YO_354 11FEB

Frases para recordar:

Helena Resano: “Debemos vigilarles, resolver dudas, pero no hacer los deberes con ellos. Se tienen que equivocar y aprender a resolver sus problemas”

Pilar Lacasa: “Hacer los deberes es aplicar los conocimientos en el supermercado. Hay que enseñar a los niños a pensar. Fracasan porque aprenden cosas inútiles”.

Nora Kurtin:“Una jornada de ocho horas en el colegio debería ser suficiente para absorber todos los conocimientos. Matamos la creatividad de los niños”.

Silvia Álava Sordo: “Muchos niños alargan la tarea escolar al infinito para tener mayor atención de los padres”.

Datos estadísticos:
-Los estudiantes españoles de 15 años están por debajo de la media de la OCDE en comprensión lectora, competencia matemática y científica, según el informe Pisa 2011. Nuestros jóvenes también figuran en el vagón de cola en la capacidad lectora de textos en Internet.
-“Los niños sin apoyo de los padres en los deberes tienen más probabilidad de fracasar”, según Pilar. Silvia dice que sólo deben “supervisar dudas puntuales” y Helena destaca: “Los niños independientes resuelven mejor sus problemas”. Según Nora, “lo importante es la comunicación, aunque no podamos acompañarles”.

Las mismas tertulianas debatieron sobre un segundo tema:
¿Tienen los escolares demasiadas vacaciones?

DN323_9JULIO

La duración del tiempo vacacional de los niños triplica la de los padres, lo que les obliga a repartir las semanas entre campamentos, abuelos, canguros… para finalmente pasar algún tiempo en familias. ¿Son excesivos tres meses de vacaciones escolares? Helena Resano, presentadora de La Sexta Noticias; Pilar Lacasa, catedrática de psicología evolutiva y educación; Nora Kurtin, directora de la revista Sapos y Princesas y Silvia Álava Sordo, psicóloga; todas ellas, madres trabajadoras debaten acerca de esta polémica y sus posibles soluciones. El resultado se publicó en Yo Dona el 8 de julio de 2011.

 

Para muchos padres organizar el verano es como jugar al Tétrix: supone encajar mil piezas para compatibilizar el trabajo de los adultos y las vacaciones escolares. El 48% de los españoles consideran excesivos tres meses de ocio, en los que tampoco saben muy bien qué hacer con sus hijos: ¿es perjudicial que vayan a varios campamentos o que vean demasiada televisión? ¿A qué edad se pueden quedar solos en casa? Acortar las vacaciones de verano, adelantar el inicio de curso, retrasar el final y aumentar los días lectivos son algunas propuestas para facilitar la conciliación de la vida familiar y laboral.

¿Cómo se organizan en otros países? Cabe preguntarse si los cambios sociológicos y profesionales han logrado que las vacaciones, al final, se conviertan en un problema. Los niños hacen la maleta y sus días discurren entre campamentos, padre, madre y abuelos, por etapas, aunque muchos preferirían estar en casa. Sobre todo ello reflexionamos con Helena y Nora, madres trabajadoras, y con Silvia y Pilar, que aportan su experiencia profesional y tienen opiniones muy distintas sobre qué hacer con los niños.

Nora: Efectivamente muchas familias se preguntan ¿dónde coloco a mis hijos durante tres meses? Es muy complicado encontrar la solución porque la incorporación de la mujer al mercado laboral ha cambiado nuestra sociedad, pero ni las instituciones ni las empresas han sabido adaptarse. Mientras no se solucione este problema, habrá un gran desgaste en las familias y muchas generaciones van a sufrir por esto. Los niños necesitan las vacaciones, porque los horarios de jornada escolar durante el año son excesivos, pero tenemos que pensar en repartir los descansos de una forma más equilibrada.
Helena: Cada vez más las mujeres se ven obligadas en verano a pedir dos meses de excedencia para ocuparse de los hijos. El padre sigue trabajando porque no existe un apoyo a la mujer y a la conciliación. Es verdad que los colegios públicos hacen talleres de verano, pero los niños necesitan salir del entorno del escolar y llevarles también en julio es terrible para ellos. Necesitan desconectar y descubrir otras áreas como la música, el deporte, salir al campo o estar con sus abuelos. No hablo de aparcarles mes y medio, pero mandarles una semana fuera para que convivan en otro entorno les enriquece muchísimo.
Pilar: Todo esto exige una reflexión por parte de la familia, que a veces se pregunta: ¿dónde llevo a mi hijo? ¿a deportes, a campamentos? A muchos niños les mandan de un lugar o a otro sin preguntarles su opinión. ¡Pobres niños! ¿por qué tienen que ir obligados? Ése es un problema, pero hay otro muy grave: La gente cree que los niños solo aprenden en clase de matemáticas y los educadores y los psicólogos tendrían que trabajar en otro contexto, que no es el del aula. Tenemos un problema social y además se confunde el aspecto lúdico y educativo con un conflicto laboral. Las instituciones deberían buscar fórmulas para ampliar la oferta de verano con el trabajo conjunto de empresas y universidades. La Universidad Complutense organiza campamentos, pero sólo van los hijos de los empleados.
Nora: Ni las empresas, ni las leyes ni las instituciones han sido capaces de dar respuesta a esta necesidad de cambios. Repartir las vacaciones de forma más racional significaría que nuestros hijos tengan más tiempo libre en invierno para otras actividades o para estar con sus padres. Sería necesario el acuerdo de la comunidad escolar y también es imprescindible que los padres podamos estar en casa. Si los niños van a estar más tiempo solos, no ganamos nada, sino que es peor.
Silvia: Los niños necesitan descansar porque acaban agotados y por supuesto es importante que nos digan qué les apetece, pero hay que adaptarse a la realidad. Si el niño quiere estar dos meses en la playa, a lo mejor la familia no tiene esa posibilidad. Aunque distribuyéramos las vacaciones de otra forma, el problema sería el mismo.
Las tertulianas analizan las ventajas e inconvenientes de varios modelos. El francés, por ejemplo, contempla dos meses de vacaciones en verano.
Helena: Las vacaciones son necesarias pero no tengo claro que el sistema español sea el mejor. Los175 días lectivos se podrían repartir como ocurre en Francia, donde se contemplan otros periodos de descanso en el curso y estar menos horas al día en el colegio.
Pilar: No se pueden aplicar las mismas medidas en Francia que en España.
Un factor como el calor indica que no son asimilables los modelos del norte de Europa. En Alemania, por ejemplo, empiezan las clases a las 7,30 de la mañana.
Silvia: En el Liceo francés los padres no saben qué hacer con sus hijos en las vacaciones a mitad de trimestre. En el sistema americano, la semana de acción de gracias es otro problema. Y son fechas en las que resulta más complicado tirar del abuelo.
Helena: Si el mensaje que les transmitimos a nuestros hijos es ¡qué horror que llegan las vacaciones, qué voy a hacer con ellos! Pues está claro que se van a sentir como una carga para nosotros.
Nora: No podemos decir “¡qué espanto!” y después ponerles buena cara, porque saben que no somos sinceros. Es mejor explicarles que estamos trabajando y la opción es el campamento de verano. Pero es importante que no se vean forzados a cosas que les pueden resultar muy violentas. Les podemos pagar el mejor campamento del mundo, pero si el niño tiene miedo a dormir fuera de casa puede ser su peor pesadilla.
Silvia: Por supuesto no podemos transmitirles nuestra ansiedad. El encaje de bolillos de las vacaciones se debe llevar adelante sin que el niño se entere, para no generarle angustia. Lo único que él tiene que hacer es disfrutar. En invierno su obligación es estudiar y sacar buenas notas, les guste o no. En verano es fundamental que puedan elegir.
Pilar: No estoy de acuerdo en que haya tanta diferencia entre el verano y el invierno. Abogo porque en la sociedad exista menos ruptura entre el aprendizaje escolar y el aprendizaje cotidiano y además creo que debe ser lúdico. El mundo de hoy no está solo en los libros, también en las pantallas. Debemos colaborar con los niños y dejar que nos enseñen. Con mis nietos comparto los videojuegos y me lo paso fenomenal.
¿Qué actividades no son recomendables para los niños en verano?
Silvia: Me parece perjudicial que un niño esté buena parte del día enchufado a la televisión o a cualquier otra maquinita. El verano es para disfrutar al aire libre y para estar con otros niños. Al faltar el juego de calle, se pierden procesos importantes, como negociar y ceder. El aprendizaje social a través del juego es fundamental.
Pilar: Yo propongo reconstruir el conocimiento a través de la televisión y de los medios de comunicación. Pero hay que consumir dialogando, porque el debate nos hace críticos ante el medio. Por ejemplo: ¿Por qué los niños no pueden convertirse en productores de medios audiovisuales? Les apasiona y tiene mucho interés lo que publican. Defiendo que aprendan cosas que la mayoría de la gente piensa que no se enseñan. El ocio es parte esencial del aprendizaje.
Nora: Para que haya ocio tiene que haber tiempo libre, porque si uno está continuamente atareado, no puede crear. Las reglas que estamos imponiendo a nuestros hijos chocan directamente contra la línea de la flotación de la creatividad.
Pilar: Lo peor que se le puede hacer a un niño en verano es comprarle los cuadernos de vacaciones de las grandes superficies comerciales. El niño se ve enfrentado a unas tareas, no decididas por el docente, sino por una editorial, que quiere vender ese material. Los adultos para tranquilizar nuestra conciencia les decimos que lo hagan. Pero a los niños no les gusta y eso les pone más contra la escuela.
Silvia: Hasta cuarto de primaria, es una etapa fundamental para afianzar el aprendizaje lecto-escritor y tienen que leer todos los días. Una actividad buenísima para el verano es ir cada semana a la biblioteca. Que elijan libros que les motiven y los comenten con un adulto. Y si vemos algún proceso donde el niño está flojo, podemos reforzar con un cuadernillo específico.
Pilar: En lo de los cuadernillos, estoy en total desacuerdo. En Finlandia a lo niños se les dice que la física es divertida y es fácil. De ahí viene el fracaso de la escuela en España, porque no se estudia para disfrutar. Los niños tienen que apasionarse con lo que hacen. Por eso deben usar videojuegos que les enseñen a pensar y ver películas que les enseñen a contar historias y hacer fotografías y muchas otras cosas. Menos cuadernillos.
Nora: Los padres tenemos que informarnos de qué habilidades potencia cada videojuego y a qué edad. No podemos enchufar al niño a cualquier programa de la televisión o a cualquier ordenador. Intentemos que afronten el verano haciendo cosas que les diviertan, que elijan, pero siempre dentro de un marco que los padres tenemos la obligación de fijar. No sirve el todo vale porque es verano. Descansar no significa no hacer nada
Helena: A veces el abanico de posibilidades es amplísimo, pero ellos deciden no hacer nada. A mi me ha ocurrido este año. A mi hija mayor le he ofrecido un taller de teatro, golf, caballo, actividades en Madrid, fuera…Dice que le apetece estar en su casa. Tiene ocho años y le he dicho que de acuerdo. También reivindico que los niños estén cansados de vacaciones, con ganas de volver al colegio y que el aburrimiento sea parte de su vida.
Nora: Si es factible que estén en casa, siempre acompañados por un adulto, es importante que les ayudemos a organizar su tiempo, para que no transcurra el día sin hacer nada, tirados. Hay que pautarles una rutina porque muchas veces cometemos el error de irnos y ya está. Aunque no estemos físicamente, que vean que estamos pendientes.
¿Qué edad es razonable para que los niños se queden solos?
Silvia: Un menor de 14 años debe estar acompañado por alguien que le vaya guiando porque el verano no significa perder las rutinas. Cuando no tienen costumbres claras, se desestabilizan muchísimo.
Pilar: Estoy de acuerdo. Yo no dejaría a un niño de 12 años solo en casa durante la jornada laboral de sus padres. Como mínimo le dejaría con otros niños por el riesgo psicológico que entraña estar solos tanto tiempo.
Nora: Puede haber un accidente y que el menor no tenga la capacidad para medir las consecuencias. Aunque sean muy responsables, les estamos metiendo demasiada presión. Nunca se deben ocupar de otros niños menores porque esa presión es doble.
Silvia: Creo que 13 años todavía es pronto para dejar a un niño solo. Más bien es algo que se puede hacer a los 14 o 15. Una cosa es que la madre salga a hacer una gestión y otra muy distinta que se queden solos en casa durante la jornada laboral de los padres, sin una persona que supervise. Les estamos pidiendo una responsabilidad para la que no están preparados.
Helena: Habrá gente que no tenga otra opción. Si ocurre un accidente, ese niño va a tener para siempre la sensación de haber fallado. Cada vez se dan más este tipo de situaciones y me parece muy triste, pero hay niños que tienen a sus padres en el sector de la hostelería y al final acaban todo el mes de julio y agosto en un campamento o a veces solos. Están acostumbrados porque no han vivido otra realidad pero, sinceramente, creo que no es lo más adecuado. También ocurre que muchas parejas se ven obligadas a dividir las vacaciones para cubrir esa necesidad social de que no tenemos apoyo en la empresa. Al final no hay vacaciones de familia y estos niños prefieren el invierno por que al menos comparten los fines de semana con su padre y su madre
Silvia: Aunque las vacaciones estén divididas, al menos se debe buscar la forma para coincidir el fin de semana. Lo peor es segmentar: se hacen unas cosas con mamá y otras cosas con papá. Seguro que hay algún momento para compartir todos juntos.
Pilar: También hay un trasfondo que es la sobreprotección de los niños, porque hay parejas que no quieren dejarles con otra gente. Por no separarse de los niños, dividen las vacaciones, y no creo que sea lo mejor.
Nora: Las vacaciones tienen que ser buenas para ellos. Aunque también ocurre que si nos llevamos fatal con nuestro marido, el hijo va a interpretar que es un espanto ir de vacaciones todos juntos.
Helena: Los niños de hoy en día siguen viviendo el verano como esa época muy feliz, en la que se lo pasan muy bien y que están deseando que llegue. Si les explicas que van a ir con su padre o con los abuelos, y que lo van a pasar fenomenal, lo viven como una aventura.
Silvia: Si lo hacemos bien, los niños no se sienten mal ni tienen la sensación de estorbar. Educar al niño es decirle las cosas con naturalidad y si los padres están divorciados y les ven fines de semana alternos, lo viven bien. Con la incorporación de la mujer al mercado laboral ha cambiado muchas cosas, pero es verdad que los niños de ahora viven las vacaciones con absoluta felicidad, igual que ocurría antes.

Silvia recuerda su infancia: “Estaba con mis tres abuelos y por la mañana hacíamos la cama, deberes, recogíamos un cubo de piñones para que mi abuela hiciera tartas y flanes, y después día libre para ir en bicicleta, con los amigos o a la piscina”. Nora evoca sus vacaciones como “una ventana al mundo, porque siempre viajábamos a países diferentes”. Pilar resume todo en una palabra: “Libertad. Hacía lo que quería siempre, apoyada por una comunidad. Todavía hoy, es lo que más valoro”. Helena rememora los “juegos en el campo con mi hermana, los paseos en bicicleta y el frontón. También era libre. Siempre que veo campos de trigo, los asocio a mi infancia y a la felicidad”.
tertulia deberes
Frases para recordar:

1-Helena Resano:
“Cada vez más las mujeres se ven obligadas en verano a pedir dos meses de excedencia para ocuparse de los hijos, mientras los padres siguen trabajando”.
– “Las vacaciones son necesarias pero no tengo claro que el sistema español sea el mejor. Se podrían repartir como en Francia, con otros periodos de descanso en el curso y menos horas al día en el colegio”.

2-Pilar Lacasa:
“A muchos niños les mandan de un lugar o a otro sin preguntarles su opinión. ¡Pobres niños! ¿por qué tienen que ir obligados?

-“Abogo porque en la sociedad exista menos ruptura entre el aprendizaje escolar y el aprendizaje cotidiano y además creo que debe ser lúdico. El mundo de hoy no está solo en los libros, sino que está en las pantallas”

-“Lo peor que se le puede hacer a un niño en verano es comprarle los cuadernos de vacaciones que venden las grandes superficies comerciales. El niño se ve enfrentado a unas tareas, no decididas por el docente, sino por una editorial”

Nora Kurtin:
“Tenemos que pensar en repartir las vacaciones de una forma más equilibrada. Mientras no se solucione este problema, habrá un gran desgaste en las familias y muchas generaciones van a sufrir por esto”.

Silvia Álava:
“Aunque distribuyéramos las vacaciones de otra forma a lo largo del año, el problema sería el mismo”.

“Todo el proceso de encaje de bolillos de las vacaciones se debe llevar adelante sin que el niño se entere, para no generarle una angustia que no se corresponde a su edad”

DN323_9JULIO

 Estadísticas: Según una encuesta de NC Report, el 48% de los españoles cree que las vacaciones escolares son largas, opinión más pronunciada entre el 51,1% de los menores de 44 años. Casi la mitad de los españoles (46,5%) quiere que los colegios permanezcan abiertos todo el año, aunque un 49,5% no cree que sea necesario. Los sindicatos del sector argumentan que “no es obligación de las escuelas atender a los alumnos en los periodos en que las familias no pueden hacerlo”. La Asociación de padres Fapac defiende que “se debería coordinar el sistema educativo y la sociedad en general, para que las vacaciones duraran un máximo de dos meses, introduciendo más interrupciones durante el curso para no aumentar los días lectivos”.

Ver PDF tertulia sobre las vacaciones escolarestertulia publicada 9 de julio

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *